Un soplo de brisa en la cara, con una noche de lujuria prometida, tus palabras susurrando a mi oido, y mi cabeza pensando: "Jamás volveré a caer". Y no es que solo haya vuelto a caer, sino MÁS Y MEJOR QUE NUNCA. Y de una manera inexplicable, me siento más feliz que en mucho tiempo.
Me merece la pena arriesgarme, porque considero que la mejor manera de evitar tentaciones es caer en ellas.
A partir de ahora, buscare los siempres en los jamases, la verdadera belleza de este mundo.
Besos :)
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