Y nunca te pedí nada a cambio de todo lo que te daba, y te sigo dando.
Tampoco reconocí tus errores y considere los mios peores.
He llorado y llorado, y no ha sido más que tiempo desperdiciado.
Me has dado la tabarra, y lo reconozco no te he hecho caso, pero es que no tienes razón.
No tienes razón ahora, y posiblemente no la tengas más veces.
Porque he dado todo, y ahora los pequeños detalles se me escurren como agua en las manos.


Y a pesar de todo, veo esperanza en todo esto porque al fin y al cabo, parte de mi felicidad, te pertenece. 


Haz memoria: " Hagamos un brindis imaginario para que esto nos dure "